martes, 7 de agosto de 2012

Estados Unidos, superioridad y prepotencia.

EEUU, USA, Estados Unidos... Muchos son los nombres que recibe la selección norteamericana de baloncesto. Cada vez que escuchamos esos nombres en la radio, la televisión, en la prensa... los asociamos al Oro. Un oro que desde que el baloncesto es deporte olímpico han recogido en prácticamente todas las ocasiones.

Esto hace que siempre que oímos hablar de estos magníficos jugadores, presuponemos que van a llevarse la presea dorada. Todos los aficionados temen encontrarse con ellos en los cruces (véase el partido de ayer entre España y Brasil). Esto, los americanos lo saben. Y esto, alimenta su ego.

No quiero entrar en valoraciones sobre si son mejores o peores personas. Simplemente quiero dar una opinión desde mi punto de vista sobre lo que se ve en los partidos de USA.

Fijémonos en el partido de ayer contra Argentina. Descanso, Estados Unidos ganaba 60-59. Un sólo punto de diferencia en el marcador. Rostros de preocupación, Durant, rostro serio; LeBron, gesto torcido, enfado creciente por momentos, Carmelo Anthony, seriedad. Y así podríamos ir uno a uno por los 12 componentes del Team USA. Ni una sonrisa.

Sin embargo, si avanzamos un poco más, hasta el último cuarto, con USA ganando cómodamente, con una renta que oscilaba entre 20 y 30 puntos, se empiezan a ver risas no disimuladas, actitud chulesca, buscando provocar reacción en el público, ser capturada esa instantánea por los fotógrafos...

El culmen fue la técnica pitada a Westbrook, quien ya estaba avisado de no retener el balón tras meter canasta. Después de esta acción, todo el equipo americano fue a comerse literalmente al arbitro.

Y, moleste a quien moleste, creo que estas no son actitudes para un equipo que presume de ser el mejor de toda la historia (discutible) y que aspira a ganar el Oro en Londres 2012. Creo que lo primero es el respeto a los rivales, que aunque esas risas posiblemente no vayan dirigidas a ellos, pueden dar lugar a pensar que se están riendo del rival (como se reflexiona en este artículo), y lo segundo, humildad. Porque no puedes empezar un campeonato diciendo que ganarías al considerado mejor equipo de la historia (Dream Team de Barcelona 92).

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