La Supercopa. Ese torneo calificado como "sin importancia" por Mourinho y Tito Vilanova. Ese torneo que si se gana bien, pero si se pierde, no ha pasado nada. Este "torneo menor" es el que más repercusión puede tener en un futuro. ¿Por qué digo esto? Por varios motivos. El primero, meramente futbolístico, que está demostrando cómo se puede producir el cambio en el mundo del fútbol, derrocando al absoluto dominador durante los cuatro años que estuvo Pep Guardiola. Y el segundo motivo, el que me lleva a escribir este artículo.
Este motivo es la aparante firma de la paz entre los dos gigantes de nuestro fútbol. Hagamos una pequeña cronología de los acontecimientos. Me remonto a abril del año pasado, semifinales de la Liga de Campeones, final de Copa, partido de Liga... Todos estos partidos, conocidos como rally de clásicos, crearon una tensión entre ambos clubes que se podía mascar en el ambiente cuando ambos se enfrentaban. La violencia era la nota dominante de los partidos y no había uno en el que no acabara algún jugador expulsado, alguien perdiera los papeles...
Incidente entre Mourinho y Tito Vilanova |
Sigamos avanzando. Agosto de 2011, vuelta de la Supercopa de España. El Real Madrid necesitaba un gol para alzar el título. Sin embargo, a Marcelo se le cruzan los cables y agrede a un rival. La pelea se venía cociendo durante todos los anteriores "Clásicos", pero este fue el culmen. ¿O acaso alguien no recuerda el famoso dedo en el ojo de Mourinho a Tito Vilanova?
Pero este fue el punto de inflexión. A partir de aquí ningún equipo quería hablar del otro. Empezó una parte de la historia en la que nadie quería saber nada de nadie, pero se hacían movimientos en la sombra (denuncias de Rossell, provocaciones de Mourinho...) Pero sin embargo durante la temporada pasada los clásicos fueron templando el ánimo de los contendientes. Apenas no hubo salidas de lugar, y todo se mantenía correcto.
Y ayer ya llegó la comprobación de que se ha firmado la paz. Tras una falta de Ronaldo a Pedro en la que el barcelonista se quedó tendido en el suelo, el portugués mandó a sus compañeros tirar fuera el balón hasta que Pedrito se recuperó. El luso le ayudó a levantarse y tuvieron un bonito gesto cogiendose de los hombros. Con este gesto, se vé que ambos clubes han firmado la paz. Esperemos que esto dure, porque no es lo mismo disfrutar de fútbol a alto nivel con la brega que caracteriza a estos partidos, que fútbol con violencia.
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