lunes, 27 de mayo de 2013

Inmovilismo español.

Hace apenas unos minutos, Del Bosque anunciaba la lista de convocados de España para la Copa Confederaciones 2013. En ella no hay ninguna sorpresa, como se esperaba, y es que si cogemos la lista de la Eurocopa 2012, vemos un paralelismo elevado.

Todo esto sería normal si no hubieran pasado determinadas cosas esta temporada: la suplencia de Casillas, la explosión de Michu, el ostracismo de Puyol... y así un sinfín de casos más. 


Muchas eran las voces que pedían a Diego López para la selección, pero, ¡sorpresa! El convocado es Íker. Bueno y Reina, por eso de que haya buen ambiente. Para eso están los profesionales de esto, los psicólogos, coachs y demás familia, ¿no?

En la defensa, no podían faltar dos que han terminado la temporada pletóricos, Arbeloa. Impresionante el estado de forma en el que llega a la cita. No podemos obviar al sempiterno suplente, Albiol. A pesar de que no ha jugado mal los pocos minutos que ha tenido con Mourinho, está claro que va ya, por tradición. Inmovilismo español. O tradicionalismo, llámenlo como quieran. 

En el centro del campo, lo habitual, la columna vertebral del equipo durante estos últimos ocho años. Para qué traer sabía nueva si Xabi Alonso y Xavi llegan fundidos y superan con creces la treintena. Para qué traer a Isco, consolidado este año en la elite, pudiendo llevarlo a jugar con la sub-21. Total, tenemos al Xavi más gris de los últimos años, cuya decadencia empezó en la Eurocopa, a pesar del clínic de pase que dio en la final. 

En la delantera, más de lo mismo. Ni nos cuestionamos dar la oportunidad a Michu, goleador en la Premier League, catalogado como mejor fichaje del año. O a Negredo, uno de los máximos artilleros del campeonato nacional. Por supuesto ni hablar de Tello, o de Piti. Les falta nombre o experiencia en el caso del primero. Mejor llevar a Villa, sin minutos esta temporada; o a Cesc, desaparecido durante todo el curso. 

En definitiva, España da sus últimos coletazos de vida. Con este tipo de convocatorias, lo único que conseguiremos es alejarnos de la elite futbolística, y volver a la época de la "Furia española", que tantos títulos proporcionó a las vitrinas de la federación. Sigamos así don Vicente, e Irlanda del Norte no será un recuerdo, volverá a ser una realidad.  

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