Nada más lejos de la realidad. A las 11:30 de la mañana los peores augurios se cumplían cuando el presidente de la entidad segoviana anunciaba la desaparición del club si no se reunía la desdeñable suma de 47.000 € en 25 horas.
La movilización en las redes sociales no se hizo esperar. Pero sólo eran simples mensajes de apoyo, lamentos y ruegos sin dar ninguna solución para tratar de encontrar entre todos ese dinero necesario para seguir un año más en la élite.
Primer error. Si el patrocinador no llegaba, ¿por qué no lanzar un S.O.S. ciudadano para alcanzar esa suma de dinero? Si se hubiera hecho algo, como dar una cuenta para ingresar el dinero en vez de llorar, posiblemente se hubiera conseguido la suma. Incluso en un día. Sigo sin explicármelo. A mi todavía me quedan muchos interrogantes por resolver.
Como todo el mundo sabe, desde que este deporte empezó a mover algo de dinero, hemos sido un club vendedor. Hace varias semanas ya, José Luis Montero, "Pepelu", cuya labor ha sido encomiable, pidió a los jugadores que esperaran unas semanas antes de firmar con nadie porque el patrocinio estaba "firmado al 99% faltando sólo flecos". Dichosos flecos.
En vistas de que no llegaba ese patrocinio, ¿por qué no hemos vendido a alguno de nuestros mejores jugadores y pagar la inscripción con el dinero del traspaso? Otra decisión, cuanto menos extraña. Siguiendo con el capítulo de salidas. Ayer conocíamos la de David Madrid y hoy la de Antoñito, que son los primeros de muchos. Pero, ¿por qué se van libres? Si no tenemos dinero habrá que sacarlo de algún lado, ¿no?
En definitiva, a mi parecer son muy extrañas las circunstancias que rodean al descenso/desaparición del C.D. La Escuela. Y es que ni eso es claro, todavía no sabemos si desaparecemos o nos inscribimos en División de plata, simplemente porque los de arriba, "se lo tienen que pensar".
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