Francia, acertar en fechas clave.
En la historia, como bien dijo el estadista Mr. Chip en su cuenta de Twitter, colaborador de Onda Cero, tan sólo un equipo se había proclamado campeón de Europa de baloncesto con tres derrotas o más. Con este panorama llegaban los franceses a los cuartos de final, habiendo sido derrotados hasta en tres ocasiones: Alemania, Lituania y Serbia habían sido los verdugos del combinado de Vincent Collet. Sin embargo, el extraño formato de este campeonato, hace que los partidos de verdad sean los que se juegan en la tercera semana de competición. Y ahí Francia lo ha hecho mejor que nadie, con un camino tortuoso y complicado hasta el campeonato.
Primero, derrotar en cuartos a la anfitriona Eslovenia, crecida por jugar ante su público y de menos a más durante las dos primeras fases del campeonato. Pero poco pudieron hacer los hermanos Dragic ante el excelso partido de Tony Parker, MVP del torneo, que con 27 puntos hizo imposibles los esfuerzos eslovenos por remontar el partido. En semifinales, todos los aficionados españoles conocemos la historia, una primera parte nefasta de Francia, anotando sólo 20 puntos, y una increíble selección de tiro durante la segunda mitad que llevó el partido a la prórroga, donde los deméritos españoles y algún acierto francés llevaban al equipo galo a su segunda final del Eurobasket consecutiva. Y la final apenas tuvo historia, desde el salto inicial vimos a una Francia muy concentrada en el partido que pronto abrio una brecha insalvable para los lituanos, en un partido en el que todos los jugadores de Collet aportaron su granito de arena a la victoria final.
Aparte del mejor jugador del torneo, Tony Parker, y el omnipresente Nico Batum, en este artículo vamos a hacer mención a dos de las revelaciones del equipo de Francia, como son el pívot Alexis Ajinça y el base Antoine Diot, que a buen seguro darán que hablar en el panorama internacional en los próximos años. Quizá, la única nota negativa que ha dejado Ajinça en el campeonato es su poca concentración en tramos del partido, aspecto a pulir en los próximos años y que puede llevarle a ser un jugador útil para alguna franquicia NBA.
En la historia, como bien dijo el estadista Mr. Chip en su cuenta de Twitter, colaborador de Onda Cero, tan sólo un equipo se había proclamado campeón de Europa de baloncesto con tres derrotas o más. Con este panorama llegaban los franceses a los cuartos de final, habiendo sido derrotados hasta en tres ocasiones: Alemania, Lituania y Serbia habían sido los verdugos del combinado de Vincent Collet. Sin embargo, el extraño formato de este campeonato, hace que los partidos de verdad sean los que se juegan en la tercera semana de competición. Y ahí Francia lo ha hecho mejor que nadie, con un camino tortuoso y complicado hasta el campeonato.
Primero, derrotar en cuartos a la anfitriona Eslovenia, crecida por jugar ante su público y de menos a más durante las dos primeras fases del campeonato. Pero poco pudieron hacer los hermanos Dragic ante el excelso partido de Tony Parker, MVP del torneo, que con 27 puntos hizo imposibles los esfuerzos eslovenos por remontar el partido. En semifinales, todos los aficionados españoles conocemos la historia, una primera parte nefasta de Francia, anotando sólo 20 puntos, y una increíble selección de tiro durante la segunda mitad que llevó el partido a la prórroga, donde los deméritos españoles y algún acierto francés llevaban al equipo galo a su segunda final del Eurobasket consecutiva. Y la final apenas tuvo historia, desde el salto inicial vimos a una Francia muy concentrada en el partido que pronto abrio una brecha insalvable para los lituanos, en un partido en el que todos los jugadores de Collet aportaron su granito de arena a la victoria final.
Aparte del mejor jugador del torneo, Tony Parker, y el omnipresente Nico Batum, en este artículo vamos a hacer mención a dos de las revelaciones del equipo de Francia, como son el pívot Alexis Ajinça y el base Antoine Diot, que a buen seguro darán que hablar en el panorama internacional en los próximos años. Quizá, la única nota negativa que ha dejado Ajinça en el campeonato es su poca concentración en tramos del partido, aspecto a pulir en los próximos años y que puede llevarle a ser un jugador útil para alguna franquicia NBA.
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